15 de julio de 2004
Ayer mirando la televisión, viendo fútbol, vi como Brasil perdía contra Paraguay. En el intervalo se pasó un aviso, y todos mis amigos reían mientras yo lloraba. ¿Cómo era el aviso? Se incendiaba una casa. En el último piso un bombero llegaba arriesgando vidas y entre el humo y las llamas salvaba a un perrito, y desde ese piso lo arrojaba hacia una especie de red elástica de seguridad. En ese momento un chico salta y lo toma en el aire al perro. La gente aplaude y aplaude, y el chico saluda, entonces el chico agarra al perro y le pega un puntapié mandando al perro otra vez arriba, y la gente ríe porque es una invitación a ver fútbol. Es una invitación a la maldad, a la perversión. Lo aplaudían porque había salvado al perro y después lo usaba como pelota de fútbol. La gente reía y yo lloraba, ¿estaré a contramano del tiempo? ¿Cómo es la vuelta al paraíso? En cierta ocasión le preguntaron a Rames, uno de los grandes maestros de la India. ¿Por qué existen personas que salen fácilmente de los problemas más complicados, mientras que otros sufren por problemas más pequeños, apenas en un vaso de agua? Él simplemente sonrió y contó esta historia que yo cuento para ustedes: Hubo un sujeto que vivió amorosamente toda su vida, cuando murió todo el mundo decía que debería ir al Cielo, porque un hombre tan bondadoso sólo podía ir al Cielo. En aquella época el cielo todavía no había pasado por un programa de calidad total, y la reinserción no funcionaba muy bien. Quien lo atendió dio una ojeada rápida a la ficha de entrada, pero como no vio su nombre en la lista, lo orientó para que pudiera llegar aunque sea al Infierno. En el infierno nadie exigía identificación, tampoco invitación. El sujeto entró y se quedó. Algunos días después, Lucifer, fue furioso a las puertas del Paraíso y le dijo a San Pedro: "Eso que estas haciendo conmigo es puro terrorismo, mandaste a aquél hombre al Infierno, y el me está desmoralizando. Llegó y escucha a las personas, las mira a los ojos, conversa con ellas, todo el mundo está dialogando, abrazándose, besándose. Dios, San Pedro, el Infierno no es un lugar para eso, por favor, devolvelo aquí, al Paraíso." Cuando Rames terminó de contar esta historia dijo: "Sigue con tanto amor en el corazón, que si por error vas a parar al Infierno, que el propio demonio te traiga devuelta al Paraíso".
Nos han mentido tanto, nos han dicho que este era el Cielo y de pronto parecía el Infierno, que ayer cuando el Gobierno dijo que descendió 14% la delincuencia en los últimos 14 meses uno lo duda. Cuando Felipe Solá anunció que hay una ligera baja del delito en Buenos Aires la gente dijo: "Le va a crecer la nariz". Solá dijo que lo que no disminuyó es la sensación térmica de la inseguridad. En el conurbano ocurren la mayoría de los hechos, Lomas de Zamora, la tierra de Duhalde es el distrito más caliente. La cantidad de violaciones de ley, de La Matanza, la zona más peligrosa. Qué lástima, ¿no?
¿Para qué habremos dicho alguna vez los periodistas que a Ginóbili le iba tan bien? ¿Qué iba a ganar tantos millones? ¿Para qué hemos mostrado escenas de su casamiento espectacular? Ahora un preso, fíjese que honestidad, alertó sobre el posible rapto de los hermanos de Ginóbili. Un preso detenido por la participación de varios secuestros extorsivos reveló, ahhh, un piolín que ya sabe del negocio.
Bernardo Neustadt
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